El falansterio o
falange es la comunidad de producción, consumo y residencia teorizada por el
socialista utópico francés Charles Fourier como base de su sistema social
igualitarista. Eran de carácter agrícola y estaban formados por grupos de
1.620 personas que vivirían juntas en un edificio con todos los servicios
colectivos.
Falansterios, o falanges, es
como se denominaba a las comunidades teorizadas por el socialista utópico
francés Charles Fourier. Se fundaban en la idea de que cada individuo trabajaría
de acuerdo con sus pasiones y no existiría un concepto abstracto y artificial
de propiedad, privada o común.
Todas las personas serían libres de elegir su trabajo, y lo
podrían cambiar cuando quisieran.
Charles Fourier, más que
ningún otro socialista utópico, trató de resolver todos los problemas de la
sociedad mediante la construcción de un elaborado sistema de organización
social, en el que toda persona, actividad o cosa ocupaba por anticipado un
lugar bien determinado.
Fourier partía de la creencia
de que el ser humano es intrínsecamente bueno, porque es depositario de una
armonía natural que refleja la armonía del universo.
El problema estaba en la
sociedad existente, que impedía el desarrollo completamente libre de las
cualidades del ser humano. Para resolverlo planteó la construcción de una
rígida comunidad liberadora: el falansterio.
El falansterio era la unidad social mínima, reunía a unas
1.000 personas, disponía de tierras para agricultura y para diversas
actividades económicas, para viviendas y para una gran casa común.
Todo estaba reglado, todo
debía seguir un orden muy particular, incluso el amor y el sexo. Todo estaba
pensado para una vida cómoda y con el mayor placer. Las personas trabajarían en
función de su capacidad y recibirían en función de sus necesidades; así pues,
una persona joven trabajaría más que una persona anciana y ésta recibiría más
porque tiene un mayor número de necesidades que la persona joven.
La idea de una forma de vida
cooperativa resultó atractiva para mucha gente en una época de depresión
económica. En poco tiempo se crearon entre 40 y 50 falansterios, aunque sólo
tres sobrevivieron más de dos años.
En la República Argentina,
Jean Joseph Durando estableció en 1857 un falansterio en terrenos donados por
el hacendado Luis Hughes, en lo que se llamó Colonia San José en Hughes, cerca
de Colón, provincia de Entre Ríos. La formaban 530 inmigrantes suizos,
saboyanos y alemanes. Durando, un personaje con gran poder de sugestión y
penetración psicológica que había nacido en el cantón de Valais, logró una
comunidad rural con adelantos tecnológicos y autosuficiente hasta su muerte en
1916, derrumbándose posteriormente. A partir de 1920 lo formaron 790
inmigrantes todos ellos europeos.
El más exitoso fue el llamado North American, que se disolvió después de un aparatoso incendio que acabó con sus bienes. Como en el caso de las comunidades owenitas, el fracaso de estos falansterios, más allá de sus dificultades intrínsecas, se debió a su rápido crecimiento, que atrajo en poco tiempo a gran cantidad de personas poco preparadas y aún menos comprometidas.
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